Todos
guardamos secretos. Algunos más oscuros que otros; pero ninguno de nosotros,
simples mortales, ha quedado exento de misterios. Simplemente así es como está
configurado el mundo. Y nunca falta quien tenga la férrea determinación de
sacar algún secreto a la luz. Dicho esto, estoy seguro que a cada uno de
ustedes, old sports, les revolotea en
el pensamiento esta misma pregunta: ¿qué pasaría si hubiera una forma de
conocer todos los secretos? ¿Acaso no significaría eso el fin del universo
conocido? En la más noble y prolífica tradición de eventos que desafían el
delicado tejido del mundo, el escritor Jason Aaron y el brasileño Mike Deodato,
nos ofrecen una saga que pone a prueba nuestra capacidad de anticipación y explora
los motivos detrás de todos los misterios.
La
premisa de Original Sin es
detectivesca: el personaje principal es asesinado y la historia se desarrolla
en torno al descubrimiento de la personalidad del asesino. Y como en toda
novela de detectives producida por Marvel durante los últimos 40 años, el
investigador principal no podría ser otro que el mismísimo Nick Fury. Más allá
de los recovecos imprevisibles y de los retorcidos giros en la historia
–existentes y sostenibles tan solo por el simple hecho de que Fury aparece en
alguna de las páginas-, Original Sin
fue concebida para dar vida (otra vez) al peor de los horrores norteamericanos:
la posibilidad de que el conocimiento correcto, que funciona a manera de arma
perfecta, caiga en manos equivocadas.
Acerca
del arte de la serie: se agradece que los cinco números que van corriendo hayan
sido trazados única y exclusivamente por el brasileño Deodato Taumaturgo Borges
Filho mejor conocido por su pseudónimo norteamericano: Mike Deodato. Con un
estilo que, hace algunos años, emulaba a Jim Lee, Deodato ha ido destacando
últimamente por su trazo foto-realista y su manera muy especial de traer a la
luz las sombras que nos rodean nos lleva al conocimiento pleno de que en esta
saga estamos rodeados de misterios que serán revelados a cuentagotas. Se
agradece también que el color de Frank Martin no haya hecho desmerecer ninguno
de los paneles de las más de 100 páginas que ya han sido publicadas. Al
contrario: su ‘ojo’ para los momentos dramáticos de la historia le han impreso
a la narrativa la tensión necesaria durante los cuatro primeros números, que se
sienten verdaderamente como la primera mitad de una historia llena de
recovecos.
Otro
punto que hay que aplaudirle a los editores es que, contrario a lo que sucedió
con series pasadas, al menos durante los primeros 5 libros que han aparecido
del Original Sin, la serie se deja
leer sin necesidad de voltear ni siquiera de reojo a hojear los tie-ins (que, por cierto, no son pocos).
Ya hacía falta una serie así, pues en su afán comercial, la casa de las ideas
se había olvidado de la necesidad de atar bien los cabos en un título señero,
aunque ciertas líneas argumentales se pudieran explorar más a fondo en títulos
de apoyo. De modo que, según mi modo de entender el arte de contar historias,
esta forma podría resultar más provechosa que la anteriormente elegida por
Marvel. Aunque debo ser cauteloso, pues todavía faltan tres números más, en
donde, tal como sucedió con Age of
Ultron, todo puede salir verdaderamente mal.
No
me extiendo más con los detalles de la muerte del único personaje que hasta
ahora podría tener un verdadero estatus de Dios en el universo Marvel. Eso les
toca a ustedes descubrirlo. Pero tengan cuidado, no sea que su ojo vaya a
revelarle a todos el pecado original que cada uno de ustedes ha estado
ocultando en lo profundo de su corazón.
Hasta
las próximas reveladoras líneas, old
sports!
-The
Great Gatsby
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