Aquellos
que ya tienen edad de ser abuelos recordarán la euforia provocada por Star Wars V: The Empire Strikes Back,
cuando, después del éxito rotundo de A
New Hope, los fans se volcaron a los cines y llenaron las salas de maneras
totalmente inesperadas. Para aquellos de nosotros a quienes no nos tocó vivir
la euforia original, tenemos, sin embargo el éxito rotundo de The Dark Knight, que resultó ser mejor
secuela que la exitosísima Batman Begins.Con
semejantes excepciones al dicho aquel de que “segundas partes nunca fueron
buenas”, no podemos decir que el éxito de Kick-Ass
2 sea un hecho inusitado, pero sí lo podemos sumar a ese ciclo de segundas
partes que roban el aliento.
En
esta nueva entrega de las aventuras de Dave Lizewski, Mark Millar nos entrega
un universo en desarrollo. Después de su trabajo seminal en Kick-Ass, el escritor lleva su idea a un
nivel de mayor complejidad y aprovecha el concepto ‘viral’ puesto de moda en la
era de las redes sociales. Así que ahora no solamente tenemos un enfrentamiento
cara a cara entre el héroe y el villano, sino que nos encontramos con una
redefinición del concepto de super-equipo, o super-grupo, o como lo quieran
llamar.
¿Es
necesario que hablemos de la ironía presente a lo largo de la historia? ¿Es
obligatorio fatigarlos, queridos lectores, con la explicación de los
incontables guiños que hace Millar a las contradicciones, puntos débiles y
sinsentidos sobre los que se basan los superequipos en otros cómics, y que se
van revelando como verdaderas ideas suicidas a lo largo de su historia? Me parece que cada uno de ustedes ha podido
(o podrá, en todo caso) descifrarlo.
De
lo que sí quiero hablar es del impresionante giro de tuerca que representa
Hit-Girl para el universo de los cómics. ¿Alguna vez habían presenciado la
verdadera fuerza de un sidekick en su
máximo esplendor? Ni siquiera el fantasma de Jason Todd podría igualar las
repercusiones universales que tiene el personaje de esta niñita de 10-11 años.
Comenzó siendo sidekick de Big Daddy, y después reclutó a Kick-Ass, hasta que, por obediencia a su
padrastro, tuvo que dejar el negocio de salvar vidas. Lo cierto es que, con la
fuerza de su carácter, fue merecedora de su propia serie, y yo no sé ustedes
pero yo sí la anoté en la lista de las 3 mujeres que más miedo me dan en la
vida.
Como
siempre, el dibujo del señor Romita Jr. nos deja boquiabiertos y con ganas de
más. No hay ninguna cantidad de líneas, paneles, o páginas, que pueda saciar
nuestra fanática sed de venganza en contra de los supervillanos de esta
historia, pero JRJr hace un excelente trabajo de descripción gráfica de lo que
sería la vida callejera de estos wannabes
superhéroes y supervillanos. Aunque, para mi gusto, hay un par de números que
abusan de las splash page y las double splash page en este nuevo arco de
la historia. Pero vamos, al mismo tiempo es imposible no detenerse a considerar
por un instante, al menos, a dónde llevará tanta violencia.
Aunque,
debemos ser honestos: al ver los facsimilares del arte original, presentados en
las últimas páginas de algunos de los números de este segundo arco de historia,
debemos darle honor a quien honor merece. Y es que los lápices de Romita
mejoran considerablemente con las tintas y los ink washes de Palmer. Es decir, si eso es posible. Y los colores de
Dean White lo son todo para el ambiente y la atmósfera del cómic. ¿Podría ser
mejor esta segunda entrega de Kick-Ass?
Sí. Hay, por ahí, un par de problemas de continuidad entre los primeros y los
últimos números de la serie; pero son mínimos, y dado que tiene un final
abierto (¡es-pec-ta-cu-lar, por cierto!), quizás Millar traiga gusto de
arreglarlos para el siguiente libro. Mientras tanto, disfruten las palizas
remasterizadas tipo Street-fighter pero
clasificación C.
Hasta
los próximos bastonazos, old sports!
-The
Great Gatsby