La
vuelta de tuerca más arriesgada y prometedora de Marvel Cómics llega a su
final. Ya en una reseña anterior acerca de los primeros 22 números de esta
serie habíamos planteado transitoriedad de este personaje Superior. Lo que
poníamos en duda era el tiempo que lo tendríamos recorriendo las calles del
Nueva York del mundo Marvel. Debo decir que, aún con todas las críticas y las
voces de muchos fanáticos clásicos en contra, Dan Slott logró hacer un trabajo superior con Spiderman durante este año
y meses que duró el proyecto.
Y
aunque quisiéramos encumbrar a Slott por este esfuerzo coherente que no
habíamos visto en mucho tiempo en las páginas de los cómics de Marvel, debo
decir que su afición por crear ejércitos que, en última instancia serán curados
por nanobots, lo traiciona y se ha vuelto ya un lugar común en su escritura, al
menos en este título. Se agradece, sin embargo, que en el último arco de
historia, Goblin Nation, que
comprende los números 27-31, no haya mayor énfasis en la creación y
transformación de los neo yorkinos en goblins,
porque, aceptémoslo, después de haber tenido poderes arácnidos, de haber sido
transformados en lagartijas y no recuerdo qué tantas cosas más, ya era justo y
necesario que Slott los dejara en paz al menos por un rato.
Pero
no me malentiendan, el “final” de esta serie no carece de cierta extravagancia
y de un tono épico digno de un sacrificio tan noble por parte del Superior como sólo pueden hacer los
superhéroes. Claro que hay muchos cabos sueltos y que vamos a extrañar la
pomposa y aberrante manera de hablar de Otto en la voz de Peter. Pero sospecho
que no es la última vez que leeremos, oiremos o veremos a alguna de las formas
del Dock en el siguiente reinicio del Amazing.
Lo importante por ahora es el juego entre las formas que nos ofrece este último
arco de historia: noten por favor que el equipo creativo no es el tradicional
Ramos-Olazaba-Delgado, sino el equipo alternativo Gage-Camuncoli-Dell-Fabela (guión,
lápices, tintas, color).
The Superior Spider-Man #31 (detalle de interiores). Historia: Christos Gage. Lápices: Guiseppe Camuncoli. Tintas: John Dell y Terry Pallot. Color: Antonio Fabela
Y
parece que este cambio funciona de maravilla con el tono de la historia. Desde
mi punto de vista, el trazo de Camuncoli es más compatible con los recuerdos que
Peter halla en el Mindscape, recuerdos que nos hacen pensar en las primeras
décadas del arácnido. Y si ustedes, como yo, se preguntaban por qué no todo
Nueva York se convirtió en goblin, es
porque el guión de las partes finales (parte 3, 4 y 5) corrió a cargo de
Christos Gage, quien enfatiza ese primer tono explicativo del Superior que, en algún momento de su
furia vesánica se le había escapado a Slott. Por otra parte, las tintas de John
Dell y Terry Pallot, aunadas a los colores de Antonio Fabela, le imprimen a
este arco el ambiente necesario para celebrar el regreso del Amazing.
Antes
de terminar quisiera dedicarle un pensamiento al arco previo al final, Darkest hours, que comprenden Superior Spider-man 22-25. Noten que,
como parte de este ciclo, Otto había sido expuesto a todas las experiencias de
Spider-man excepto a una: la posesión del simbionte Venom. Slott lo explora
simplemente con una pincelada de tres números; pero se agradece que no haya
dedicado más espacio para la tragedia. Agradezcan a Flash Thompson la brevedad
del paréntesis. Y esperemos que, donde quiera que haya quedado Otto dentro del
Mindscape, la serie que sigue del Amazing
nos traiga un Peter Parker evolucionado, tal como lo anuncian las
reflexiones a las que nos exponen Slott y Gage en Superior 30 y 31.
Hasta
las redes, old sports!
-The Great Gatsby
P.D. There is only so
much a fan can take.