Detalle de portada de Wolverine:Origin #2. Arte: Joe Quesada y Richard Isanove
¿Quién
no se ha cansado de ver aparecer a Wolverine en un lugar inhóspito y sin
memoria de lo que le ha ocurrido cada vez que comienza una nueva serie del
mutante más aclamado de todos los tiempos? Joe Quesada, director creativo de La
casa de las ideas lo sabía muy bien desde hace mucho tiempo, y supo aprovechar
elegantemente el impulso que le dieron las películas a los homo superior. Si el público se encontraba verdaderamente
interesado en indagar en los orígenes de estos personajes, había que darle
gusto desde el medio que los vio nacer. Así que Origin es la respuesta a tantos interrogantes como es posible
resolver sin desmitificar al Wolverine que todos aman por ser sombrio,
silencioso y salvaje.
Si
bien la trama del volumen fue ideada por Bill Jemas, Joe Quesada y Paul
Jenkins, el guión corrió exclusivamente a cargo de éste último. Y la deuda que
el lector de Wolverine tendrá con él (tanto el asiduo como el novato) es la
cantidad de interrogantes que despeja sobre el carácter del personaje pero al
mismo tiempo la calidad de los misterios que despierta, pues, fuera de los dos
protagonistas del relato quienes sí se encuentran definidos con una cierta
profundidad de detalles narrativos, los personajes implicados en esta historia
de origen quedan apenas esbozados en sus acciones y pasiones. Nótese que no
acuso a Jenkins de crear personajes planos, sino que apunto la sutileza con la
que nos ha sabido envolver en los misterios familiares de un personaje acerca
del cuál muchos temían que el recuento oficial del origen echara a perder.
Por su parte, Andy Kubert, nos enseña la maestría que debe
existir en la interpretación del guión por parte del artista para guardar un
perfecto equilibrio entre encubrir lo que el escritor dice y pintar lo que el
escritor calla. Me refiero a que muchas claves del relato no las encontramos en
los diálogos o en la narración textual, sino en la narrativa visual. Un simple
vistazo a los hombres que se encuentran alrededor del joven James revelará para
cualquier lector quién de ellos es su padre, por ejemplo. Pero quizás lo que
más llama la atención es la técnica de sombreado utilizada por Andy, bastante rara
en el cómic contemporáneo. Sin duda, herencia de su padre Joe, pero no como
simple copia, sino llevada más allá, personalizada en un estilo que hasta
parece un poco desgarbado pero nunca de los nuncas sucio.
Sobra decir que las portadas de Joe Quesada y Richard
Isanove son un deleite para los ojos, y acaban por darle el toque épico final a
la saga. Para aquellos que no pudieron conseguirlo en inglés, Marvel México
editó durante el primer semestre del año pasado un ómnibus con tres historias
fundamentales del hombre de adamantium: Wolverine,
de Claremont y Miller, Weapon X, de
Windsor-Smith, y, Origin, que todavía se consigue en algunos lugares. Vale la pena
tenerlo.
Antes de despedirme, una nota sobre Origin II:
El primer número es majestuoso, épico. El segundo, bueno, el
segundo es diferente. Creo que no podremos juzgarlo hasta que tengamos
concluida la serie. Además, eso es material para otra reseña y no pienso
sabotearme a mí mismo.
Así que, hasta las garras, old sports!
-The Great Gatsby