jueves, 26 de junio de 2014

Futures end: un futuro no tan brillante


Se dice que los cómics revelan las preocupaciones populares de nuestro tiempo. En los cuarentas los enemigos eran alemanes; en los sesentas y setentas, rusos; en los ochentas las amenazas nucleares; en nuestros días somos nosotros mismos y nuestra arrogancia tecnológica. El equipo de artistas a cargo de The New 52: Futures End pretenden mostrarnos una vez más los peligros apocalípticos que podemos desatar debido al exceso de confianza en nuestro desarrollo tecnológico, guiado por añejas ideologías en las que todavía podemos atisbar rasgos de los totalitarismos del siglo XX.

Los escritores Brian Azzarello, Jeff Lemire, Dan Jurgens y Keith Giffen nos ofrecen una intrincada trama que gira alrededor de cuatro personajes menores del universo DC. Quizás éste sea el atractivo principal en esta gigantesca serie de once meses de duración; especialmente porque uno de los protagonistas es un héroe nacido en WildStorm. También llama la atención la nueva manera en la que DC concibe sus ya tradicionales eventos anuales: con tantos títulos en circulación –muchos de los cuales aún no sabemos cómo es que se siguen publicando- la compañía norteamericana ha optado por crear series semanales cada vez más largas que en uno o dos momentos tocan tangencialmente la totalidad de sus publicaciones.

Uno de los momentos más reveladores de esta serie hasta ahora ocurre en las páginas 2 y 3 del número cinco, en donde Mr. Terrific hace un anuncio espectacular que, sólo podemos suponer, desembocará en la catástrofe apocalíptica auspiciada por la tecnología que se ha venido anunciando con cada vez más fuerza desde la década de los ochentas. Me parece que, siendo un cómic de superhéroes, la postura más humanizante de Mr. Terrific como la contraparte individualista y “con propósito humanista” a las proliferantes ligas de la justicia y superequipos, marca el punto de tensión máxima en la primera parte de esta historia.

Futures End #5. Pág. 2. Historia: Brian Azzarello, Jeff Lemire, Dan Jurgens y Keith Giffen. Lápices: Jesús Merino. Tintas: Dan Green. Colores: Hi-Fi. 

El equipo de arte, conformado por Patrick Zircher, Jesús Merino y Dan Green, Ethan Van Sciver, Aaron Lopresti y Art Thibert, Dan Jurgens y Mark Irwin, han sido consistentes hasta ahora, en los primeros 6 números, en donde definitivamente se nota la coherencia creada por la mano de Keith Giffen como consultor artístico y por los colores de Hi-Fi. Esta coherencia visual se agradece sobre todo porque los primeros 5 números funcionan básicamente como la presentación de la historia, y de no ser por esta visión coherente y moderada de las decisiones editoriales, los lectores habríamos abandonado la serie tan pronto como el segundo número.

El principal problema en este evento masivo de DC es que no se sostiene sin el número cero, aparecido en el free comic book day. Si uno, habiendo obviado este título a principios de mayo, quiere ingresar a la historia simplemente le resulta incoherente, lenta y devastadoramente dispersa. Es la promesa contenida en ese número cero la que ha mantenido y mantendrá la atención fija en estos once meses. Hasta ahora, fuera de la muerte de un personaje en el primer número (muerte que, por otro lado, parece haber sido desperdiciada y cuyas resonancias parecen ser anodinas en este futuro propuesto), no ha habido mayor intensidad en la historia que, a pesar de tener un paso adecuado al número de páginas que la conformarán (alrededor de 1000), podría llegar a desesperar al lector.

Hasta el próximo desquebrajado y peligroso futuro, old sports!

-The Great Gatsby

jueves, 19 de junio de 2014

Black Science: una crítica al poder de la ciencia


La ciencia, creían los hombres modernos, salvará a la humanidad. Yo no sé cuántos científicos, académicos y exploradores entusiastas sigan teniendo la misma convicción que aquellos valerosos hombres del siglo XIX y el XX que se enfrascaron en una diatriba contra la religión organizada en primera instancia, y contra la divinidad en última. Lo que sí sé es que la historia ha probado que la ciencia no salvó a la humanidad. Al contrario, ha sido uno de los instrumentos de su perdición. O, al menos, así lo exponen Remender, Scalera y White en su Black Science.

Publicado por Image Comics, esa gran incubadora de ideas, el proyecto resulta atrayente desde su título, que presenta una clara intertextualidad con la frase black magic (magia negra), relacionada en el imaginario cultural de occidente con todo lo oculto y lo prohibido, con la parte pasional y animalesca del ser humano que pretende controlar su propio destino y el de los demás. Irónicamente, desde la ciencia, el protagonista de esta historia –un anarquista consagrado-, pretende hacer algo semejante.

Pero debo decirlo, la intertextualidad no acaba ahí: Olaf Stapledon, en su libro El hacedor de estrellas, nos presenta la idea seminal de este  último trabajo de Remender. Así que, como podrán ustedes comprender, habiendo ya disfrutado de aquella obra fundacional de la ciencia ficción, para mí ver desarrollado en una hermosa pieza de arte secuencial el argumento esbozado tan solo en unas cuantas líneas por Stapledon a comienzos del siglo XX, resultó ser toda una experiencia.

Ahora bien, ya que la serie constituye una crítica del sistema científico-académico mundial y de los poderes que lo controlan, el desarrollo visual debía marchar en consonancia con el tono de la obra. Si lo observamos detenidamente, el dibujo de Matteo Scalera tiene mucho de caricaturesco, en el mejor sentido de la palabra. Se trata de un dibujo que exagera ciertos rasgos fisonómicos de sus personajes para comunicar de una mejor manera el espíritu crítico de las ideas y los modelos de los que se desprende. Así, al mismo tiempo que divierte, presenta el argumento de Remender con toda la fuerza posible.

Black Science #1 Pp. 8-9. Historia: Rick Remender. Dibujo y tintas: Matteo Scalera. Color: Dean White. Rótulos: Rus Wooton

Por otro lado, el excelente trabajo de Dean White en el color resalta, con todo el dramatismo de las policromías imaginadas, las múltiples capas de significado que reviste esta aventura interdimensional. En los primeros seis números nos encontramos con al menos cuatro dimensiones, cada una de las cuales posee un delicado balance entre los colores que la conforman. Podemos resaltar en especial el uso de una saturación de la luz en los paneles que necesitaban ser especialmente intensos o que, dadas las claras influencias cinematográficas del dibujo de Scalera, requerían sobre ellos una especial atención de nuestras pupilas.

En suma, se agradece la especial atención a los detalles que el equipo de trabajo le ha puesto a esta nueva serie que, ya al final de su primer arco, suscita más preguntas que respuestas en un balance tan extraordinario que no se puede dejar pasar ni un número más para conseguirla, ya sea en el compilado que los recolecta o en los números sueltos que todavía suelen conseguirse, aunque no en demasía. Mi consejo: no desaprovechen esta oportunidad de echar un vistazo a esta nueva ciencia ficción que nos trae mucho del pasado hacia futuros improbables o impensables de nuestro presente.

Hasta las siguientes oscuridades, old sports!

-The Great Gatsby

jueves, 5 de junio de 2014

The Amazing Spider-man #1: Una segunda oportunidad


El tan esperado regreso de Peter Parker a su papel de Spider-Man ya cumplió el mes. Con los dos primeros números de la serie regular y el primero de la serie decimal (#1.1), no podemos menos que agradecerle a Slott que se haya guardado año y meses de chistes para verter aquí con toda la frescura de la que es capaz el verdadero discurso de Spidey. Si algo nos ha quedado claro al final de la era Superior es que Slott es un escritor institucional: cuando debe escribir al Doc Ock en la cara de Parker, lo hace con el mayor de los gustos. Cuando debe regresar a Parker a su verdadero ser, también lo disfruta. Y mucho más allá de un ardid mercadológico para atraer más lectores al título con el reinicio de la numeración, este nuevo Amazing resulta interesante porque está marcado, quizás fatalmente, para ser el aftermath de la vida superior a la que habían condenado al lanzatelarañas.

Mucho se ha dicho acerca de si éste nuevo primer número de la vieja serie debería haber sido más bien el #32 de la Superior. Es cierto que 18 de las 20 páginas de la historia central, a cargo del equipo Slott-Ramos-Olazaba-Delgado, no se sostienen sin el antecedente de la era Superior. Pero también es cierto que todas las historias de apoyo nos prometen un reinicio digno del título al que nos enfrentamos: el universo del arácnido se volteó de pies a cabeza con la intrusión del pulpo en su personalidad y las consecuencias son superiores. Tanto que permiten muy bien espacio para el juego con la historia clásica de Spider-Man.

The Amazing Spider-Man #1 pág. 3. ¿Spider-Man semi-desnudo? Sí, eso sólo le podía ocurrir a Peter Parker. 
Historia: Dan Slott. Lápices: Humberto Ramos. Tintas: Víctor Olazaba. Colores: Edgar Delgado.

Ahora bien, como sucede en el mundo de los negocios, una empresa no saca a la luz un producto sin antes haber hecho pruebas de campo, pruebas beta y pruebas y pruebas y más pruebas. Si lo pensamos detenidamente, para lograr recontar la historia de Peter Parker tal como lo promete la casa de las ideas tuvimos algunos antecedentes. Quizás los dos más importantes son: el exitoso reinicio del universo Ultimates con Miles Morales, esa versión afroamericana de Spider-Man “reviviendo” la historia de la picadura de la araña en tiempos modernos, y el catastrófico nacimiento de Alpha, el side-kick más fallido en toda la historia de los cómics, cuyo “origen” era el mismo de Spidey pero con más tecnología.

Entre ambos cuentos, parece que la casa de las ideas encontró un saludable punto medio al entender que el mercado no requiere volver a escuchar la misma historia del origen del lanzatelarañas pero remasterizada con tecnología de punta y videos virales, sino que es más provechoso recontar la historia clásica pero con un giro de tuerca. Y perdónenme que se los diga, pero quien haya visto las últimas películas Disney (al menos Frozen y Maléfica) podrá entender que lo que estamos presenciando es la mano negra de los verdaderos dueños de la editorial actuando como maestra titiritera. Es como decir: lo trendy no es reformular las historias clásicas con alta tecnología; es contarlas desde una nueva perspectiva.

Y son precisamente nuevas perspectivas las que nos ofrecen los escritores y artistas involucrados en la creación de este primer número. Si no lo tienen todavía, vale la pena comprarlo (al menos la edición regular, porque para mi gusto, se excedieron con ese cuento de las portadas variantes). No solo para ver el fantástico regreso de Parker a su cuerpo y a la vida pública (el cuál, se los aseguro, lo agradecerán sus oídos, porque yo no sé ustedes pero al menos a mí ya me estaba cansando ese tono decimonónico del Doc en voz de Parker); sino también para ver la escalada de poder que viene con los supervillanos a los que se enfrentará Spidey en esta nueva etapa de su vida: algunos viejos conocidos (Electro, Black Cat) y otros nuevos por descubrir (Clash).

Así que, dicho todo esto:
Hasta las próximas telarañas, old sports!

-The Great Gatsby