viernes, 11 de julio de 2014

Legendary Star-Lord: el arte no se acaba… la leyenda apenas comienza


A lo largo del siglo XX, y en lo que va del XXI, el cómic se ha consagrado como un producto artístico por derecho propio. Como cualquier otro tipo de expresión, éste pasa por un proceso creativo y conocer las entrañas de dicho decurso no siempre es posible. De modo que cuando una serie de eventos afortunados me llevó el sábado pasado (5 de julio de 2014) al DF, donde tuve la excepcional oportunidad de conocer un cómic desde sus cimientos, me sentí afortunado: nuestros amigos de Decomixado organizaron, con la colaboración estelar de Paco Medina, una exposición del arte original que comprende las 22 páginas de Legendary Star-Lord #1. Quienes entienden un poco de arte, saben que esta revelación del proceso no tiene precio; para todo lo demás… ya saben lo que dicen.

Con historia de Sam Humphries, el primer número casi tuvo el tono de un one-shot previo a la película; pero el giro en la página final vale cada centavo que uno paga por suscribirse a la serie. Claro que el tema de este primer número tiene aires de “cuento de Navidad”, pero aceptémoslo: de vez en cuando también a nosotros, rudos lectores de cómics de rudos superhéroes que pelean osadamente contra rudos villanos en rudos ambientes interestelares, nos gusta que los cómics restauren nuestra fe en la humanidad (con hashtag y todo). Así que, si no se han suscrito o no han conseguido su número uno, háganlo porque se acaban. La historia promete darle nueva vida a un personaje que en el pasado en realidad luchó por el título que se merece.

Por otro lado, volviendo a los lápices de Medina: el ejercicio de comparación entre una de las primeras etapas del proceso y el producto final, me permitió observar en detalle el peso de su trazo excelente, la influyente mano de Juan Vlasco en las tintas, y los aciertos de David Curiel en el color. La sinergia lograda por los tres artistas interpretando el libreto de Humphries da gusto: para empezar porque se trata de un equipo mexicano, y además porque en el más puro estilo marvelita, es palpable el flujo de la historia a través de la dinámica del arte.  Claro que, como toda obra, tiene sus detalles; pero mi responsabilidad para con ustedes, lectores, es simplemente interesarlos en descubrir por sí mismos las bondades y los puntos de oportunidad que tiene el cómic así que solamente diré que entre éstos últimos, se encuentra una extraña sonrisa de color y ciertas proporciones narrativas y visuales que, tomadas dentro del conjunto, resultan más que nada interesantes.

Legendary Star-Lord #1 pp. 2-3. Historia: Sam Humphries. Lápices: Paco Medina

Cierro con una reflexión más bien de tipo económico; pues es necesario hacer notar que con la creciente expectación por el próximo estreno de Guardians of the galaxy, la película, Marvel Comics está aprovechando de manera muy interesante el nicho que abrió en el mercado. El lanzamiento reciente de Rocket Racoon y ahora de Legendary Star-Lord como series regulares de la editorial, promete dejar una excelente derrama económica a la Casa de las Ideas, pero sobre todo un buen sabor de boca en las filas de fanáticos de estos personajes que nunca antes habían sido apreciados en su justa medida. Por mi parte, es todo lo que diré por ahora.

Hasta el siguiente lanzamiento estelar, old sports!

-The Great Gatsby

martes, 8 de julio de 2014

Original Sin: los secretos revelados


Todos guardamos secretos. Algunos más oscuros que otros; pero ninguno de nosotros, simples mortales, ha quedado exento de misterios. Simplemente así es como está configurado el mundo. Y nunca falta quien tenga la férrea determinación de sacar algún secreto a la luz. Dicho esto, estoy seguro que a cada uno de ustedes, old sports, les revolotea en el pensamiento esta misma pregunta: ¿qué pasaría si hubiera una forma de conocer todos los secretos? ¿Acaso no significaría eso el fin del universo conocido? En la más noble y prolífica tradición de eventos que desafían el delicado tejido del mundo, el escritor Jason Aaron y el brasileño Mike Deodato, nos ofrecen una saga que pone a prueba nuestra capacidad de anticipación y explora los motivos detrás de todos los misterios.

La premisa de Original Sin es detectivesca: el personaje principal es asesinado y la historia se desarrolla en torno al descubrimiento de la personalidad del asesino. Y como en toda novela de detectives producida por Marvel durante los últimos 40 años, el investigador principal no podría ser otro que el mismísimo Nick Fury. Más allá de los recovecos imprevisibles y de los retorcidos giros en la historia –existentes y sostenibles tan solo por el simple hecho de que Fury aparece en alguna de las páginas-, Original Sin fue concebida para dar vida (otra vez) al peor de los horrores norteamericanos: la posibilidad de que el conocimiento correcto, que funciona a manera de arma perfecta, caiga en manos equivocadas.

Acerca del arte de la serie: se agradece que los cinco números que van corriendo hayan sido trazados única y exclusivamente por el brasileño Deodato Taumaturgo Borges Filho mejor conocido por su pseudónimo norteamericano: Mike Deodato. Con un estilo que, hace algunos años, emulaba a Jim Lee, Deodato ha ido destacando últimamente por su trazo foto-realista y su manera muy especial de traer a la luz las sombras que nos rodean nos lleva al conocimiento pleno de que en esta saga estamos rodeados de misterios que serán revelados a cuentagotas. Se agradece también que el color de Frank Martin no haya hecho desmerecer ninguno de los paneles de las más de 100 páginas que ya han sido publicadas. Al contrario: su ‘ojo’ para los momentos dramáticos de la historia le han impreso a la narrativa la tensión necesaria durante los cuatro primeros números, que se sienten verdaderamente como la primera mitad de una historia llena de recovecos.

Original Sin #2. Páginas 2-3. Historia: Jason Aaron. Artista: Mike Deodato. Color: Frank Martin. 

Otro punto que hay que aplaudirle a los editores es que, contrario a lo que sucedió con series pasadas, al menos durante los primeros 5 libros que han aparecido del Original Sin, la serie se deja leer sin necesidad de voltear ni siquiera de reojo a hojear los tie-ins (que, por cierto, no son pocos). Ya hacía falta una serie así, pues en su afán comercial, la casa de las ideas se había olvidado de la necesidad de atar bien los cabos en un título señero, aunque ciertas líneas argumentales se pudieran explorar más a fondo en títulos de apoyo. De modo que, según mi modo de entender el arte de contar historias, esta forma podría resultar más provechosa que la anteriormente elegida por Marvel. Aunque debo ser cauteloso, pues todavía faltan tres números más, en donde, tal como sucedió con Age of Ultron, todo puede salir verdaderamente mal.

No me extiendo más con los detalles de la muerte del único personaje que hasta ahora podría tener un verdadero estatus de Dios en el universo Marvel. Eso les toca a ustedes descubrirlo. Pero tengan cuidado, no sea que su ojo vaya a revelarle a todos el pecado original que cada uno de ustedes ha estado ocultando en lo profundo de su corazón.

Hasta las próximas reveladoras líneas, old sports!

-The Great Gatsby